En las entrañables calles de Las Palmas de Gran Canaria, un conjunto de esculturas captura la mirada y el interés de lugareños y turistas por igual: los perros de Santa Ana. Estas figuras de hierro, que reposan impertérritas en la Plaza de Santa Ana, son guardianes silenciosos de historias y leyendas que se entrelazan con la identidad de la ciudad.
⭐¿Tienes una empresa, producto o servicio y te gustaría aparecer en esta publicación? ⭐
¿Quién es el autor de los perros de Santa Ana?
El misterio rodea la autoría de estas icónicas esculturas. Adrián Jones y Alfred Jacquermart son dos nombres que resuenan entre las teorías populares. Aunque algunos atribuyen la obra al escultor inglés Jones, documentos de la época sugieren que podría tratarse del francés Jacquermart. Este enigma de la creación de los canes de hierro fundido sigue alimentando la fascinación por estos centinelas de la historia.
A pesar de la incertidumbre, la influencia de la fundición Barbezat Val d’Osne parece ser un punto en común entre las distintas versiones. Esta famosa fundición, conocida por su trabajo con hierro fundido, pudo haber sido la cuna de la que surgieron estos fieles guardianes de la Plaza de Santa Ana.
Las piezas muestran un refinamiento y una calidad artística que indican la habilidad de un maestro en la escultura de hierro. El enigma de su origen se suma al atractivo que estas figuras tienen entre quienes visitan el lugar.
¿Cómo llegaron los perros a la Plaza de Santa Ana?
La llegada de los perros a la plaza es otra página de la historia envuelta en misterio. Se cree que fueron donadas a la ciudad a finales del siglo XIX, en torno a 1895, aunque los detalles de cómo y por qué llegaron siguen siendo motivo de especulaciones. Algunas historias apuntan a que fue James Miller, un acaudalado británico, quien decidió enriquecer la plaza con estas obras de arte.
Estos testigos de hierro han visto pasar generaciones y han sido protagonistas silenciosos de los cambios en la urbe. Su presencia es casi tan antigua como la propia plaza, uno de los primeros núcleos urbanísticos de Canarias.
Se asientan cerca de la Catedral de Canarias, un marco incomparable que, junto a los perros de Santa Ana, forma un conjunto histórico y estético de gran valor para la ciudad.
Secretos y leyendas de los perros de Santa Ana
Como toda obra que despierta la imaginación, los perros de Santa Ana están envueltos en leyendas. Estas historias, surgidas del interés y la curiosidad popular, les otorgan a los canes un carácter casi mágico. Se rumorea que los perros son los protectores de la plaza y que, en las noches de luna llena, cobran vida para vigilar el casco antiguo de la ciudad.
Otras versiones hablan de que cada perro representa una isla del archipiélago canario, aunque no hay registros históricos que corroboren esta teoría. Lo que sí es cierto es que su enigmática presencia ha generado todo tipo de cuentos y relatos, convirtiéndolos en protagonistas de la cultura popular local.
La tradición de tocar a los canes para pedir deseos o la creencia de que traen suerte a quienes los acarician son ejemplos de cómo estas esculturas se han enraizado en el folclore de Las Palmas.
¿Por qué son famosos los perros de hierro de Santa Ana?
La fama de los perros de hierro trasciende los límites de la isla. Su singularidad artística y la incógnita de su origen los convierten en una pieza clave del atractivo turístico de Las Palmas de Gran Canaria. Además, su presencia en una ubicación tan emblemática como la Plaza de Santa Ana les otorga un papel protagonista en la identidad de la ciudad.
Los viajeros que llegan a esta urbe se ven atraídos por la peculiaridad de estas esculturas. No es habitual encontrar perros de hierro custodiando una plaza, lo que convierte a estos canes en un símbolo distintivo y en un motivo de visita obligado para quien explora la ciudad.
La fama de los canes también se debe a su papel como sujetos de leyendas urbanas y como figuras representativas de Las Palmas de Gran Canaria en distintos medios de comunicación y redes sociales.
Comparación con esculturas similares en otras partes del mundo
- Las similitudes entre los perros de Santa Ana y otras esculturas en Europa a menudo son motivo de discusión entre historiadores y entusiastas del arte.
- Por ejemplo, se ha comparado a estos perros con figuras similares situadas en un hospital veterinario de Londres, lo que intensifica el misterio sobre su origen y su relación con otras obras de la época.
- Estas comparaciones han llevado a algunos a especular sobre una posible red de intercambios culturales y artísticos entre ciudades durante el siglo XIX.
Importancia turística y cultural de los perros de Santa Ana
Los perros de hierro no son solo una atracción turística, sino también un elemento cultural relevante. Representan una conexión con el pasado de Las Palmas y son un testimonio de la importancia de la ciudad en la historia.
La Plaza de Santa Ana, con su conjunto arquitectónico y la presencia de la Catedral de Canarias, se erige como un sitio de interés histórico y cultural. Los perros complementan esta escena y contribuyen a la narrativa que hace única a la ciudad.
Eventos culturales, celebraciones y el ir y venir cotidiano de los habitantes de Las Palmas otorgan a los canes un papel activo en la vida de la plaza, fortaleciendo su importancia turística y cultural.
Preguntas relacionadas sobre los perros de la Plaza de Santa Ana
¿Qué raza son los perros de la Plaza Santa Ana?
La raza de los perros de hierro que habitan la Plaza de Santa Ana no está definida claramente. No obstante, por sus características físicas, muchos sugieren que podrían representar a mastines o a alguna otra raza de gran tamaño y corpulencia, lo que concuerda con la tradición de perros guardianes.
¿Qué perros llevaron los españoles a América?
En la época de la conquista y colonización de América, los españoles llevaron consigo diversas razas de perros. Entre ellas, destacan los perros de presa, como el Presa Canario, y los galgos, utilizados para distintas funciones, desde la caza hasta la protección y el control de ganado.
¿Cómo trataban a los perros antes?
En tiempos pasados, el trato hacia los perros variaba considerablemente. Mientras que algunos eran considerados fieles compañeros y protectores, otros eran entrenados y utilizados para la caza, el combate o como perros de trabajo. La percepción y el trato hacia los perros han evolucionado significativamente con el paso de los siglos.
¿Cómo fueron los primeros perros?
Los primeros perros, descendientes de lobos, fueron domesticados hace miles de años. Estos protoperros eran utilizados principalmente para la caza y como alarmas ante posibles amenazas. Su aspecto y tamaño variaban, pero con el tiempo, la domesticación llevó a la diversificación en las razas que conocemos hoy.
En medio de este viaje por el tiempo y la historia, se destaca un testimonio visual que enriquece aún más la narrativa de los perros de Santa Ana.
A continuación, podrás disfrutar de un video que captura la esencia de la Plaza de Santa Ana y sus icónicos guardianes.
Los enigmas que aún envuelven a los perros de Santa Ana y su plaza homónima demuestran que, a menudo, en la historia y el arte, la belleza reside tanto en las respuestas claras como en los misterios sin resolver. Estas esculturas de hierro, más que simples adornos, son emblemas vivos de la cultura y la tradición de Las Palmas de Gran Canaria, invitando a propios y ajenos a sumergirse en las profundidades de su legado.